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Tu gestión conversacional.

¡Hola, cazamonsters! En el posteo de esta semana del monsterblog, vamos a volver a meternos en el mundo conversacional de los negocios.

Observá tu ecosistema productivo.

La empresa, en cualquier tamaño, ocurre en conversaciones, internas de la empresa o dentro de su ecosistema, sea con sus proveedores y el mercado mismo. 

Y la primera gran pregunta para hacerte es: ¿en qué conversación está tu empresa? ¿cuál es la conversación principal en tu negocio, que se escucha por sobre el resto?¿En qué conversación estás vos? ¿Por qué es importante hacernos estás preguntas? porque las 

Las conversaciones son la antesala de la acción. Entonces la conversación en la que estamos es la que condiciona o contamina la acción. 

Las conversaciones tienen un impacto directo en la acción.

Las conversaciones son la antesala de la acción. Entonces la conversación en la que estamos es la que condiciona o contamina la acción. 

Aquí tenemos una tarea esencial de una buena gestión: la observación conversacional. 

Observando en qué conversación está la empresa tenemos dos ventajas, la primera: una métrica para tomar decisiones y la otra la posibilidad de intervenir cuando la conversación reinante no es coherente con el norte que estamos generando.

Si la conversación no es coherente con el futuro que queremos construir, estamos construyendo otro futuro diferente al que planificamos. 

La empresa se hace, crea y recrea en conversaciones.

Teniendo ésto claro, podemos diseñar la conversación que es la empresa, como si fuera un trabajo artesanal en el mundo de lo intangible, que es donde se hace la diferencia en la empresa, donde viven, por ejemplo: la confianza y la creatividad. 

La primeras preguntas son ¿en qué conversación estás? ¿en qué conversación está tu empresa? A partir de las respuestas, la tercera es ¿qué conversación le está faltando a tu empresa?

Para poder responderte la tercera pregunta te dejo los diferentes tipos de conversaciones para que puedas trazar un mapa de dónde estás o dónde querés estar.

Tenemos 7 tipos de conversaciones: 

  1. Para la acción.
  2. Para la posibilidad.
  3. Toscas.
  4. Creativas.
  5. Ejecutivas.
  6. Resolutivas
  7. De feedback.
  1. Las conversaciones para la acción son el diseño de un plan, de una táctica o simplemente la coordinación entre diferentes personas de un equipo o del ecosistema como puede ser un proveedor. 
  2. Si las reducimos lingüísticamente y las llevamos al lenguaje coloquial estas conversaciones las podemos resumir como “a ver qué” “veamos que sale”. De este tipo de conversación puede salir una alianza estratégica, un nuevo proveedor, una persona para el equipo, un nuevo producto, un nuevo mercado. Son conversaciones de escritorio, ver y analizar posibilidades.
  3. Estas son una piedra en el zapato. Son las más rudimentarias de toda la lista, son torpes y de las más emocionales. En éstas suele perderse el hilo y el sentido de conversar, pueden incluir epítetos duros y en francés se las llama: pueden terminar a las puteas.
  4. Reuniones de tormenta de ideas, de laboratorio, de experimentación, de donde nace lo nuevo: un nuevo producto, servicio, mercado, una nueva dinámica y así hasta el infinito.
  5. Son las que tienen como único fin la concreción de una dinámica, se ejecuta.
  6. Tienen como propósito resolver un problema.
  7. Son las más nutritivas, porque cuando otra persona nos dice algo o nos da su opinión podemos ver algo que no lo estábamos viendo y eso nos lleva a ampliar el campo de acción.

Como escribí en el posteo: Generá diálogos productivos del monsterblog, una buena conversación es un logro y para que ello pueda llegar a ocurrir tenemos dos puntos más a observar:

  1. Contexto.
  2. Emociones.

En el sensible mundo conversacional de una empresa, es tan importante el contenido de lo que digo como la forma en que lo digo. “No me molesto lo que me dijo, pero mucho la forma en qué lo hizo y delante de todos” me dijo un cliente en un coaching y creo que es la mejor manera de decirte que es el contexto sin decirte que es el contexto.

Escribía más arriba que las conversaciones son la antesala de la acción, más atrás de las conversaciones hay emociones que disparan conversaciones, entonces tanto las emociones como las conversaciones impactan en la acción, ergo para un buen diálogo es necesario un rica gestión emocional. 

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El fracaso más común.

¡Hola, cazamonsters! En el posteo de esta semana del monsterblog, vamos a meternos en uno de los grandes problemas que tienen en el punto inicial, muchos emprendedores: Ser un profesional experto no te transforma en un emprendedor exitoso por default. Desafortunadamente dos caminos diferentes. Tantas personas chocan contra resultados no deseados al saltar de ser empleadas a emprendedoras. El campo de profesionales es infinito pero el patrón es el mismo. Me pasó cuando renuncié a mi puesto de director creativo y junto a mi dupla fundamos una boutique creativa, tal como se llama en esa época, éramos dos excelentes publicitarios, como empleados exitosos pero no teníamos idea de cómo llevar a adelante un negocio. Lo que nos pasó, pasa muy seguido. Sumado a que la etapa más difícil de un emprendimiento es la etapa de inserción en el mercado, tan difícil es hacerse conocer y lograr la rentabilidad que el 95% de las empresas nuevas, de todos los tamaños, mueren antes del primer año de vida. Desde la cervecería de la esquina hasta la Coca life, nadie está libre de dársela en la pera durante la etapa de inserción en el mercado.  

Entonces, lo primero es desbaratar la creencia de porque soy una persona formada, gran profesional, por tener éxito un empleo destacado garantiza el éxito emprendedor.

Si desbaratamos esa creencia tenemos qué es lo que nos llevará  al éxito. Claro que ser tener un expertise es fundamental como uno de los componentes de ese camino, pero el eje de este posteo es resaltar que no es el único, ni garantía de éxito. 

Ok, desmantelada esa creencia, el experto debe convivir con un aprendiz. Con un desafío mayúsculo: el aprendiz es quien liderará la empresa.

Tu lado emprendedor está realizando su primera experiencia como tal. Entonces, tiene que aprender. Y si no fuera la primera, cuando nos encaminamos hacia la generación de visión de futuro, la construcción de un futuro diferente, ahí sos aprendiz del futuro que querés vivir. El liderazgo personal es llevarte a vos y tu empresa a ese futuro. 

La pregunta es ¿qué me está faltando para lograrlo? y en esa diferencia entre lo que está pasando y quiero que pase, está la brecha de aprendizaje.

Cuanto más detallada sea esa lista de lo que te está faltando, mejor. Más detalle es más precisión. Más precisión es economía de recursos, es mayor productividad.  


Te estará faltando, como a todos los que empezamos nuevas etapas, nuevos desafíos:

Incorporar nuevos hábitos, nuevo conocimiento, nueva información, nuevas ideas, nuevas miradas, nuevos niveles de pensamiento, nueva forma de relacionarnos con nuestro team, nuevos estándares, nuevas dinámicas, nuevos procesos, formas de comunicación más efectiva, una nueva estrategia, nuevas tácticas, un nuevo plan o masterplan, nuevas personas, nuevas tecnologías, una nueva cultura organizacional y un nuevo paradigma de efectividad.

Teniendo en cuenta los dominios que describí arriba, respondiéndolos con detalle habrás desplegado un mapa que te dirá por donde ir, camino a tu futuro mejor.

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¡Pasate de tu límite!

¡Hola, cazamonsters! 

En el posteo de hoy quiero hablar sobre los limitantes de la gestión productiva y los peligros que éstos traen. Cuando sientas que tu gestión está estancada, que no le encontrás la vuelta a determinadas situaciones, en este simple mapa de visualización de limitaciones de la gestión podrás encontrar el camino.

Los podemos dividir en dos grupos y los separamos teniendo en cuenta a la empresa como punto de partida:

  1. Limitantes internos.
  1. De aprendizaje.
  2. Personales.
  3. Estructurales.
  1. Limitantes externos.
  1. Coyunturales.
  2. Regionales.
  3. Estacionales.

Cuando estamos construyendo un futuro mejor, estamos aprendiendo cómo hacerlo realidad y en este campo se encuentran los limitantes de aprendizaje. Estamos aprendiendo dinámicas más efectivas, formas de comunicarnos más eficazmente, creando protocolos, planes de contingencia, entonces como somos aprendices tenemos límites. Límites transitorios porque a medida que sumemos nuevos hábitos, información, conocimiento derribaremos esas fronteras para expandirnos en el mar del crecimiento. Los límites del aprendizaje son las consecuencias transitorias de no saber. Podemos vivir momentos tensos en esta etapa, pero el superarlos nos llevará a nuevos niveles del negocio, nuevos campos de acción, nuevos resultados. 

Los límites personales ocurren en nuestra cabeza, son las interpretaciones que hacemos de nosotros mismos, lo que opinamos sobre nosotros mismos, sobre nuestras capacidades, habilidades, performance, gestión, liderazgo. Todo este conjunto crea límites, fronteras, paredes, paredones, murallas, campos magnéticos impenetrables que nos hacen quedar en el mundo de esa interpretación, de ese pensamiento nuestro sobre nuestra gestión.

Tus creencias son las que limitan tu gestión. 

En Argentina hay un gran estandarte del desánimo general, una frase que carcome cualquier futuro alentador para nuestra empresa: “en este país no se puede hacer nada”.

Si esta creencia está en tu cabeza vas a chocar contra ella como en un laberinto de espejos. También, podemos llevarla a la propia empresa: “con este equipo no voy a llegar a nada” o “tengo que hacer todo yo, porque si las cosas no avanzan”. Estas frases devastadoras son una sentencia anticipada, sin confianza no hay futuro mejor. 

¿Cómo desarticular un límite personal?

Sí, tenés claro que una creencia no es una verdad revelada, una palabra santa o algo intocable, podés agarrar la punta del ovillo para poder empezar a desarticular los límites de una creencia personal. Primer tip: faltarle el respeto a esa creencia. Segundo tip listar todas las posibilidades que se cierran. Tercer tip: listar todas las posibilidades que se abren si traspasas ese límite. Cuarto tip: Pensar qué me está faltando para poder traspasar ese límite. Cinco tip: Hace foco en cómo hacerlo y en el aprendizaje necesario para que no limite tu acción. 

¿Tu estructura es funcional al futuro que querés vivir?

De la misma manera que la visión de futuro de una empresa es la realidad ideal a construir de la misma. La visión de futuro nos muestra cuál es la estructura ideal, la estructural esencial y también nos marca la brecha entre la estructura actual y la deseada.

La estructura esencial nos deja en expuesto tanto lo tangible como lo intangible. La estructura edilicia, tecnológica, de personas, de proveedores es lo tangible de esa estructura esencial. Y la parte intangible tiene que ver con la gestión de esas personas, del ecosistema que conforman. 

¿Qué hacer con los límites externos?

Las limitaciones externas son un entramado que tiene entre las más volátiles las limitaciones coyunturales. Y esas son bien amplias porque van desde la coyuntura de la empresa hasta la que está viviendo el mundo o el país en ese momento, también las circunstancias del mercado, sus altas y bajas, ofertas y demandas, muchas veces no crean limitaciones. Desde una ley nueva hasta un crack financiero en un mercado de la otra punta del mundo pueden ser protagonistas. 

Las regionales tienen métricas permanentes como puede ser la geografía o condiciones propias del clima, como también servicios caros, transporte poco frecuente, escasez de insumos o hasta mala calidad de conexión a internet.

Por último, están las limitaciones estacionales propias de cada región o zona. Ahí entran las temporadas altas, bajas y medias, éstas son predecibles siempre.

Los límites externos o las limitantes externas pueden llegar a ser permanentes, pero la forma en que nos relacionamos con ellos, no. Podemos cambiar la mirada, aplicar creatividad e innovación para que esos límites no impacten en tu negocio.