En cualquier empresa, es importante que los trabajadores puedan trabajar en equipo de manera coordinada. Sin embargo, a veces las conductas tóxicas pueden carcomer la productividad y el bienestar de los empleados. Estas conductas pueden tomar muchas formas, como la intimidación, el acoso, la discriminación y la falta de colaboración. En esta columna, exploraremos algunas de las formas en que las conductas tóxicas pueden
manifestarse en la empresa y discutiremos cómo abordarlas.
Una de las formas más comunes en que las conductas tóxicas pueden surgir en la empresa es a través de la intimidación. La intimidación puede incluir comentarios despectivos, burlas, críticas injustas y amenazas. Los trabajadores que son intimidados pueden sentirse incómodos, estresados y desmotivados, lo que puede afectar su capacidad para hacer su trabajo. Además, la intimidación puede crear un ambiente de trabajo hostil y poco acogedor para los empleados. Por eso, estamos creando un ecosistema antiproductivo que la emocionalidad base es el miedo.
Otra forma en que las conductas tóxicas pueden manifestarse en la empresa es a través del acoso. El acoso puede incluir comportamientos que son sexualmente explícitos, comentarios inapropiados, toques no deseados y otros tipos de acoso sexual. El acoso también puede tomar la forma de racismo, discriminación de género, homofobia o cualquier otro tipo de discriminación. El acoso puede ser extremadamente perjudicial para las
víctimas, causar estrés, ansiedad y trauma emocional. El acoso también se manifiesta con mensajes fuera de horario laboral, por más que el mensaje sea de neto contenido laboral.
La falta de colaboración también puede terminar siendo una conducta tóxica en la empresa. Los trabajadores que se niegan a colaborar con los demás o que no están dispuestos a compartir información y recursos pueden obstaculizar la capacidad de la empresa para lograr sus objetivos. Además, la falta de colaboración crea un ambiente de trabajo poco
amigable, lo que puede disminuir la moral de los equipos de trabajo.
Para abordar las conductas tóxicas en la empresa, es importante que los líderes de la empresa establezcan una cultura positiva, donde el respeto sea moneda corriente y se tenga tolerancia cero para las conductas tóxicas.
Acá es donde los valores se vuelven esenciales y dejan de ser palabras en un documento digital para ser el aire que se respira en la organización. Los valores son el motor intangible que tienen las empresas.
Los líderes pueden hacer esto comunicando aspectos de las expectativas de
comportamiento de los empleados y asegurándose de que haya consecuencias para aquellos que no cumplan con estas expectativas. Los líderes también deben ser modelos a seguir de comportamiento positivo y alentar a los empleados a hacer lo mismo.
Además, es importante que los empleados se sientan seguros al informar sobre cualquier conducta tóxica que experimenten o presencien en la empresa. Los líderes deben establecer un proceso claro y accesible para que los empleados informen sobre estos problemas, y asegúrese de que los informes se manejen de manera confidencial y profesional. También es importante que los líderes tomen medidas rápidas y decisivas para
abordar las conductas tóxicas informadas, para asegurarse de que se respeten los derechos y la seguridad de los empleados.
La manipulación también puede ser una forma de conducta tóxica en la empresa. Esto puede incluir la manipulación emocional o psicológica de los empleados para lograr un objetivo o para obtener un beneficio personal. Los empleados pueden sentirse manipulados y pueden perder la confianza en sus compañeros de trabajo y en la empresa en general.
La crítica destructiva es otra forma de conducta tóxica. Esto ocurre cuando un miembro del equipo critica el trabajo de otros empleados sin ofrecer soluciones constructivas. La critica destructiva puede disminuir la autoestima y la confianza de los empleados, y puede llevar a la falta de creatividad ya una menor productividad en el trabajo. Acá es importante diferenciar la sinceridad de la honestidad brutal. La sinceridad abre una conversación teniendo en cuenta al otro, la honestidad brutal vomita opiniones sin importar la otra persona.
En resumen, las conductas tóxicas en la empresa pueden tener consecuencias graves y duraderas para los empleados y para destructivas para la productividad, tanto individual, como de la empresa toda.