Generá diálogos productivos.

Tu forma de escuchar a tu ecosistema productivo es la clave para crecer.

Indice

¡Hola, cazamonsters! 

Hoy nos vamos a meter en las conversaciones que hacen a la empresa y ver de qué manera éstas pueden ser más productivas y no solo eso, ver de qué manera cambiando los hábitos de tu escucha podés impactar en la cultura organizacional de tu negocio.

¿Por qué hablando puede que no estemos dialogando?

Hablar no significa dialogar. Dialogar significa tomar un tema, ponerlo sobre la mesa y que la invervenciòn de cada una de las partes sea para elevarlo. Ergo, el tema en cuestión tiene que estar en un nivel superior luego de la conversación entre dos o más personas. 

Una conversación en la que dos personas quieren tener razón, no es un diálogo, son dos monólogos que buscan imponerse sobre el otro. Lo cual no tengo que explayarme para que nos demos cuenta que esto no es productivo. Pero, también es peligroso porque estamos solidificando el paradigma de la razón. Querer tener razón tiene un peligro amenazante para la construcciòn de un equipo de alta performance, para que la comunicación se efectiva y el contexto de trabajo positivo, al querer tener razón, estamos invalidando al otro, no lo vemos como un legítimos otro, nos ponemos en un pedestal y corroemos la productividad, dejamos una herida y hacemos que el otro no se tenga conversaciones sinceras con nosotros y también, que empiece a no querer hablar todos los temas, con lo cual generamos temas que no son conversables, que se hablaran en pasillos en voz baja o fuera de la empresa.

En la escucha está el secreto.

La escucha cambia la conversación, como escribí más arriba, escuchar para tener razón es un hábito destructivo para la productividad. Entonces, podemos elegir escuchar para empoderar la conversación, para enriquecer el diálogo y para salir de las zonas de monólogos. 

Lo primero es regalarle a la otra persona una escucha generosa, una escucha presente. Esto quiere decir hacer foco 100%, desalojando otros temas de tu cabeza mientras te están hablando. De esta forma estás validando al otro como un legítimo otro y el diálogo comienza a tomar forma.  

La escucha generosa es una escucha activa, porque nos hace elegir quién vamos a ser durante la conversación. 

En la escucha generosa sembramos pluralidad en la temática a tratar. es la oportunidad de ver algo que se nos estaba escapando, de escuchar y que eso nos inspire una idea. El otro, al legitimarlo es una puerta a un universo de infinitas posibilidades.

5 tips para elevar la productividad en las conversaciones de tu empresa.

  1. Chequear si lo que dijiste es lo que la otra persona escuchó.
  2. Separar opiniones de los hechos.
  3. Hacé foco en el tema. 
  4. Ser empático abre el campo conversacional. 
  5. Si se traba, seguirla después.

Y el bonus-track es que todas las personas que forman parte de la conversación estén comprometidas con la resolución y con elevar la temática conversación, entonces estos dos compromisos serán la piedra fundamental de la mejora y también una línea de coherencia dentro de la conversación misma.

Por último, es importante tener claro que las competencias conversacionales se generan, son logros, a medida que avanzamos en ellas, como un juego de la playstation, desbloqueamos niveles y aptitudes, pero, pero, pero las tenemos que validar y revalidar cada día y en cada conversación porque sino. se pierden.

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